Sergio Araque

Sergio Araque, seguro de sí mismo

Por Marcela Novoa Ramírez

El 8 de octubre de 2020, mientras presentaba la gala de premiación del Festival de Animación sobre Discapacidad, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, Sergio Alejandro Araque Bello recibió una noticia que lo llenó de emoción y ratificó que la escritura es otro de sus talentos.

 

Carismático, divertido, amable, de ojos color café y muy hablador. Sergio nació hace 35 años en Cúcuta, Norte de Santander, pero desde hace mucho vive en Bogotá. Es tan multifacético como talentoso; ha hecho todo lo que ha querido. Es percusionista, nadador, bailarín, conferencista, patinador, presentador y, desde hace 8 años, barista en un café de Bogotá. Como si todo lo que realiza fuera poco, demostró que cuenta con una habilidad literaria haciendo parte del Concurso de Cuento e Ilustración Sin Barreras, organizado por la Fundación Fahrenheit 451, del que fue ganador en la categoría de Cuento Escrito para personas con discapacidad intelectual con el cuento La serpiente Draculavirus.

El tema de su narración no fue aleatorio. Sergio tiene una fascinación por las serpientes y disfruta viéndolas en el zoológico en compañía de su hermano, con quien comparte el gusto por estos animales. Dice que, a diferencia de las demás personas, él no les teme y, como era de esperarse, su película favorita es Anaconda, su madre ha perdido la cuenta del número de veces que la han visto.

Nunca había tenido una aproximación con la escritura más allá de lo que aprendió en el colegio y en su casa. Su mamá y su hermana, con quienes vive, no conocían esta faceta suya.

–Él es muy hablador y lo sabe hacer en público, pero no sabía que también podía escribir de tal forma. Nunca lo había visto sentarse a hacerlo –dice Marlén Bello, su mamá.

Sergio tiene síndrome de Down. Desde muy pequeño ha luchado por la inclusión y se ha abierto camino en múltiples escenarios para desarrollar y demostrar sus talentos. Ha viajado en dos oportunidades a Estados Unidos y a Ecuador para dar conferencias sobre su vida y sobre los derechos de la población con discapacidad, los mismos derechos que ha defendido en su país. Fue baterista del grupo musical de la Fundación Best Buddies Colombia, a la que está vinculado desde 2011. Estudió hasta noveno grado en un colegio de Pamplona, el mismo al que asistía su hermano; tiempo después estudió en el SENA, donde se graduó como Técnico Auxiliar en Servicio de Apoyo Logístico. Ha hecho parte de escuelas de natación y de danzas, participando incluso en el Carnaval de Barranquilla.

Desde 2011 trabaja como barista en Juan Valdez, empleo por el cual se siente feliz. Dice que la relación con sus clientes, sus jefes y sus compañeros es muy buena e importante para él, siente que esta oportunidad lo ha ayudado a convertirse en alguien independiente y su trabajo ha sido valorado.

Cuando tomó la decisión de trabajar, su madre, quien ha sido su mayor apoyo a través de los años, temía que él tuviera que tomar el transporte público y moverse solo por la ciudad, pero Sergio siempre fue claro en decir que eso era lo que quería hacer, así que se aprendió las rutas que debía tomar para llegar a su trabajo y, desde entonces, se convirtió en su rutina favorita. Sin embargo, al enterarse de que a causa de la pandemia no podía seguir yendo y que debería permanecer encerrado en su casa, se molestó como nunca.

Le agradece a Dios por su familia, por el cuidado y el amor de su madre, por su novia y por todo lo que ha logrado a través de los años; logros que no han llegado a su vida porque sí, pues su seguridad y confianza en sí mismo han sido fundamentales.

–Él se cree capaz de todo y esa misma seguridad es la que lo ha llevado a hacer tantas cosas –cuenta su mamá.

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